Desde
siempre, en todas las épocas y en todos los lugares, las personas han viajado a
causa de diversos motivos, el comercio, la guerra, los peregrinajes, la
búsqueda de ambientes más favorables, han hecho que las gentes cambien
de lugar de residencia. El turismo es otro motivo más que provoca movilidad social,
motivo de reciente aparición, que se ha convertido en un fenómeno de masas ligado a los
mecanismos de la sociedad de consumo.
Hoy
en día, hacer turismo constituye para muchos un vehículo con el que se
acrecienta el prestigio individual, o con el que se afirma o refuerza el
estatus social.
En
nuestro tiempo y contexto se aprecia una cierta ansiedad, incluso rivalidad,
por viajar más y hacerlo más lejos, por visitar los lugares más exóticos, por
acumular más sellos en el pasaporte, pero…
¿se trata de un modismo pasajero o de una tendencia consolidada?
Evidentemente
los tiempos cambian al igual que las tendencias y, lo cierto es que alejarse en
vacaciones de la propia casa se está convirtiendo en la norma dentro de la
sociedad moderna avanzada. Hacer turismo ha dejado de ser una anécdota para
convertirse en la pauta de buena parte de la Humanidad actual. Como afirma V.
Verdú (El País, 14 de junio 2001),
"el
turista es una especie humana de extraordinario valor", gente, al
menos, que participa de un comportamiento peculiar cada vez más generalizado.
Desde
una perspectiva empresarial el mundo del turismo persigue la rentabilidad
económica como objetivo central, hacer dinero en el menor tiempo, sin atender
en general a consideraciones morales mientras no afecten negativamente al
negocio se ha convertido en la conducta a seguir por gran parte del sector.
Por
otro lado, son muchos los turistas que entran en una dinámica en la que confirman
en las imágenes preparadas para ellos. La publicidad ofrece la mirada turística
y hace, en no pocos casos, que lo real se parezca o se ajuste a la idea
preconcebida que se trata de vender.
La
masificación del turismo a gran escala, el llamado "turismo de masas"
comienza a partir de la década de 1960
y, en gran medida, supone una forma más de expansión capitalista en el mundo
subdesarrollado; las vacaciones en el extranjero representa uno de los
indicadores de la sociedad de consumo y, dado que el flujo turístico circula de
los países económicamente desarrollados (que actúan de visitantes) a los
subdesarrollados (que lo hacen como residentes), implica relaciones de tipo
vertical, asimétrico y unidireccional.
Sin
embargo, la ideología capitalista ofrece el turismo a los países
subdesarrollados y en vías de desarrollo como fórmula para salir del
estancamiento económico, siendo consciente de que, la falta de infraestructuras
y conocimientos de tales países les obliga asimismo a aceptar la inversión de las
empresas extranjeras en sus territorios, manteniéndose así el control y poder
de decisión en el sector, lo que se puede entender como una nueva
forma de colonización.
Desde
los países anfitriones se asume generalmente de buen grado la solución del turismo
para salir del subdesarrollo, y son muchos los países en todo el mundo que
aceptan la penetración turista con tal fin.
Reseñas Históricas
De
acuerdo con A. Santana (1997:19-20),
el turismo se origina por diferentes motivos, tales como la curiosidad, el
esnobismo, la búsqueda de salud, de climas diferentes, de espiritualidad, etc.,
pero logra establecerse cuando ciertas personas cobran dinero por prestar un
servicio, no sólo de desplazamiento sino también por realizar actividades
concretas.
Entre
los precursores del sector cabe citar (J.
A. Nieto 1975: 14: 2; A. Santana, 1997: 20) a Thomas Cook, fundador de la primera agencia de viajes organizada,
la Thomas Cook and Son, que promueve
las excursiones
en tren por Inglaterra a partir de 1841, para pasar posteriormente a
Europa en 1855 con motivo de la Exposición Mundial de París; y...
William Cody, más conocido como Búfalo Bill,
que, como famoso explorador, trabajó para la Unión Pacific Railroad en 1867-68
e incorporando la caza de búfalos como complemento al viaje en tren, a
partir de 1883 comenzó a organizar exhibiciones sobre el Salvaje Oeste
en donde se escenificaba la mitología de la conquista y colonización de los
territorios indios.
Para
entender el origen del turismo, tal como hoy se concibe, es preciso observar el
importante paso que se dio de la idea del libre desplazamiento y del viaje
romántico independiente a la comercialización del mismo, incluyendo las
actividades a realizar; la incorporación de la aventura en el mercado es una
cuestión clave en la consolidación de la empresa turística.
También
es importante observar el papel de algunos escritores, al contribuir con sus
relatos de viajes y narraciones costumbristas a formar una mentalidad motivada
por conocer nuevos horizontes y nuevas realidades humanas.
Con
esos primeros antecedentes, el creciente desarrollo del turismo comenzaría a
partir de 1870 (A. Santana, 1997: 20) en Europa, para lo cual fue
necesario contar con clientes que dispusieran de dinero ahorrado y tiempo libre
para gastarlo. Más adelante, unos 5 años después de la segunda guerra mundial,
con la explosión económica de Europa y USA aparece una tendencia generalizada
en la sociedad a practicar turismo, lo que da lugar al llamado "turismo
de masas" (L. Fernández Fuster 1985: 14), turismo absorbido por el sistema
capitalista a través de empresas de servicio, controladas por tour-operadores.
Jurdao Arrones (1992: 23) considera que el cambio del llamado por él "turismo
preindustrial" al "industrial" se debió a la conjugación de los
siguientes factores (F. Jurdao Arrones
1992: 23, cfr. A. Santana 1997: 22):
a)
Crecimiento económico de los países capitalistas.
b)
Modernización y facilidad
de acceso a los medios de transporte de viajeros, principalmente coche y avión.
c)
Proceso mundial de concentración urbana.
d)
Liberalización del movimiento de personas entre los países
capitalistas.
e)
Vacaciones pagadas a la clase trabajadora.
f) Relativa estabilidad
político-social en los países emisores y, en la mayoría de los casos en los
receptores.
Otros
autores, como MacCannell (1976),
Fernández Fuster (1985) o Jafari (1987) (cfr. A. Santana 1997: 22),
consideran que una causa fundamental para explicar la razón de ser del turismo
de masas es el deseo de ruptura con la rutina diaria, la necesidad de liberar
tensiones acumuladas en la cotidianidad, usando un tiempo que sirve como
válvula hidráulica para liberarse de la sobrepresión y al mismo tiempo salir
renovado con nuevos conocimientos.
M. Gaviria (1978: 53), dejando a un lado las
causas, señala las condiciones que la actividad turística requiere para su
desarrollo, las cuales se pueden resumir en:
·
Adecuada infraestructura técnica y material.
·
Mano de obra abundante, infraempleada, barata, educada o educable
para seguir las pautas de conducta del turismo.
·
Exotismo diferencial suficiente, para ser disfrutado sin perder
comodidad.
·
Amplitud urbana para desenvolverse sin agobio.
Con
todas estas condiciones, el desarrollo del turismo dependería ya de la gestión
de los promotores y, como no, del grado de colaboración de los residentes.
En
cualquier caso, el desarrollo turístico se halla muy diversificado, no se puede
hablar de fórmulas generales de universal implantación, dado que los distintos contextos
pueden dar lugar a que la aplicación de programas similares originen impactos
diferentes.
No
obstante, con esa matización, autores como Mathieson
y Wall (1986: 38-39) y Pearce (1986: 51) coinciden en reconocer una serie
de características generales que identifican y definen la actividad turística,
éstos rasgos se resumen del modo siguiente:
·
Industria invisible, inestable, estacional y, como producto, no
almacenable.
·
Producto fragmentado y afectado por otros sectores económicos
(alimentación, transporte, hostelería, etc.) lo que lo convierte en un sistema
frágil.
·
Inserto en la vacaciones o tiempo de ocio, con carácter
transitorio y desigual en la relación anfitrión-huésped.
·
Su naturaleza estacional es socialmente desorganizadora, creando
fluctuaciones en el empleo y posibles tensiones entre los grupos anfitriones y
entre anfitriones y huéspedes.
·
Posee motivaciones diversas, contrastantes, muchas veces
incompatibles, y varían enormemente según el tipo de turismo.
·
Tiene beneficios y costos elásticos, sujetos a muchos factores que
lo condicionan.
Por
todo lo dicho, se puede apreciar que las características y motivaciones del
turismo son diversas, lo cual hace pertinente hablar de tipos de turismo y, en
consecuencia, a clasificar dicha actividad para entender mejor el espectro que
ocupa.
FUENTE: análisis estructurado desde http://www.ugr.es/
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